USO FRECUENTE DE BEBIDAS AZUCARADAS Y EL INICIO DE ENFERMEDADES CADIOMETABÓLICAS: ¿CAUSA DE PREOCUPACIÓN?

Deshpande G, Mapanga RF, Essop MF. Frequent Sugar-Sweetened Beverage Consumption and the Onset of Cardiometabolic Diseases: Cause for Concern?. J Endocr Soc. 2017;1(11):1372 – 1385

La Organización Mundial de la Salud estima que las enfermedades crónicas no transmisibles ocasionan 38 millones de muertes al año, 19 millones de ellas dadas por enfermedades cardiometabólicas como síndrome metabólico, diabetes mellitus tipo 2 y obesidad. Estas enfermedades pueden ser promovidas por el consumo de bebidas azucaradas ya que su consumo se asocia con hipertensión, inflamación y dislipidemia.

El consumo excesivo de azúcar ha sido considerado uno de los cambios dietarios más importante de las últimas décadas y el primer responsable de enfermedad cardiometabólica. Dhingra et al. encontraron que la probabilidad de desarrollar síndrome metabólico en los últimos 4 años es significativamente mayor en las personas que consumen una o más porciones de bebidas azucaradas al día (OR 1,44). Rutyer et al. realizaron un estudio para evidenciar si el consumo de bebidas azucaradas inducía el aumento de peso en niños entre los 4 y 11 años con peso normal. Se asignaron en un estudio doble ciego con un consumo de 250 ml de bebidas azucaradas (glucosa) vs bebidas con endulzantes artificiales (sacarosa y fructosa). Encontraron un aumento significativo a los 18 meses en el índice de masa corporal (IMC), circunferencia de la cintura, la relación de cintura-cadera y el porcentaje de grasa corporal en el grupo de las bebidas azucaradas. En otros estudios transversales en adolescentes se ha evidenciado asociación con hipertensión y resistencia la insulina.

Estudios epidemiológicos afirman que el consumo tan escaso como de 2 porciones por semana de bebidas azucaradas, está relacionado con mayor riesgo de desarrollo de diabetes mellitus tipo 2. Su consumo diario durante 6 meses aumenta además la acumulación de grasa ectópica (hígado, músculo esquelético y depósitos viscerales), lo cual se encuentra relacionado con resistencia a la insulina y posterior DM2. Un estudio de predicción encontró que una reducción del 10 al 12% en el consumo de bebidas azucaradas, reduciría los casos nuevos de diabetes, enfermedad coronaria e infartos de miocardio, resaltando que se prevé que esto tendría mayor impacto en los afroamericanos. A pesar de algunos estudios contradictorios, los datos colectivos en la actualidad proporcionan evidencia sólida de que la ingesta de bebidas azucaradas juega un papel central en el inicio de la DM2.

Un análisis conjunto de tres cohortes prospectivas (Estudios de salud de las enfermeras I y II y el estudio de seguimiento a profesionales de la salud, total de 220.000 participantes), respalda el concepto de una mayor incidencia de hipertensión entre los que consumen > 1 bebida azucarada comparado con los no consumidores (RR: 1,13; IC del 95%, 1,09 a 1,17). La falta de estandarización de las mediciones utilizadas para evaluar la obesidad puede ser uno de los factores que más dificulta la interpretación y comparación de datos en varios estudios. A pesar de ello, los estudios epidemiológicos a largo plazo han logrado proporcionar evidencia suficiente para demostrar una asociación positiva entre el consumo de bebidas azucaradas con aumento del peso y posterior desarrollo de síndrome metabólico.
Diferentes factores como la raza, la clase socio-económica, el sexo, la edad y la dosis diarias de las bebidas azucaradas consumidas, influyen sobre la aparición de complicaciones cardiometabólicas. Los estudios clínicos también pueden ayudar a revelar mecanismos moleculares plausibles, un paso necesario para establecer la causalidad entre el consumo de bebidas azucaradas y la fisiopatología cardiometabólica.

En conclusión, los datos más recientes muestran que el consumo de bebidas azucaradas ha aumentado a nivel mundial, poniendo a muchos en riesgo de aumento de peso, aparición de diabetes mellitus tipo 2, hipertensión arterial, enfermedad cardiovascular y otras enfermedades crónicas. Los mecanismos por los que progresan tales enfermedades están estrechamente relacionados con la resistencia a la insulina, la disfunción de las células B pancreáticas, la adiposidad visceral, la dislipidemia y la inflamación. Estos datos resaltan la necesidad de estudios básicos y clínicos bien diseñados para obtener una imagen más clara, más investigación sobre los mecanismos moleculares que subyacen al desarrollo de tales condiciones debilitantes, y mayor despliegue educativo con programas para informar al público en general sobre los efectos nocivos de la alta ingesta de bebidas azucaradas.